Segunda dosis de vacuna Pfizer del COVID-19 - ¿Se puede omitir o retrasar?

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La increíble demanda de las vacunas para prevenir el COVID-19 [BNT162b2 (Pfizer-BioNTech), Moderna] en todo el mundo ha sobrepasado las capacidades de abastecimiento en todos los sistemas de salud, inclusive en países industrializados. Dicha demanda, ha obligado a realizar estrategias para vacunar más pacientes. 

Si estás esperando tu segunda dosis, no la pierdas, la efectividad de la vacuna puede disminuir si no tienes tu segunda dosis.

Se ha planteado la hipótesis de que una sola dosis de Tozinamerán (BNT162b2, también llamada vacuna Pfizer-BioNTech), podría ser suficientemente efectiva como estrategia para afrontar la transmisión del virus, pero esta hipótesis está lejos de ser demostrada. 

¿Qué nos plantea la evidencia?

En el ensayo clínico reportado en New England Journal of Medicine, un régimen de dos dosis de la vacuna Tozinamerán confirió protección del 95% (intervalo de credibilidad 90.3 a 97.6), contra el COVID-19. Se observó que está protección alcanzaba 52% (IC 95%, 29.5 a 68.4) con solamente una dosis de la vacuna entre el período de la primera y segunda dosis (Polack et al., 2020).

Este número tiene muchos problemas al querer extrapolarlo a la clínica:

La inmunidad adaptativa, los títulos de anticuerpo alcanzan su mayor pico en cuestión de semanas.

Es verdad que encontrar una inmunidad de 95% de efectividad es un numero excelente para cualquier estándar de vacunación, pero ante la crisis se debe hacer antelación sobre la necesidad de disminuir los contagios y proteger las poblaciones en riesgo, por ende la comunidad científica se ha encontrado con las limitantes de índole socioeconómica, logística, de gestión de calidad, económica, etc.

¿Se debe retrasar (o no usar) la segunda dosis de la vacuna, con propósito de vacunar  más pacientes?

Kadire, Wachter & Lurie (2021); plantean los dos escenarios :
  • ¿Cubrir con 1 dosis a más personas? (80% de efectividad según el ensayo clínico)
  • ¿Aplicar la vacuna de la manera correcta con 2 dosis? (95% de efectividad)
Se publicó en la revista New England Journal of Medicine un enorme estudio poblacional que comentó la eficacia observada de una sola dosis de la vacuna Tozinamerán en 596,618 pacientes vacunados bajo el esquema regular de dos dosis, comparados con controles sin vacunar, y encontraron resultados un poco diferentes a los del ECA de la vacuna previamente publicado en la misma revista: 

La efectividad (ausencia de infección de SARS-CoV-2 documentada mediante PCR) entre los días 14 y 20 luego de la primera dosis fue de 46% (Intervalo de confianza IC 95%, 40 a 51), subsecuentemente 60% (IC 95% 56 - 86%) entre los 21 a 27 días. De manera importante, se encontró una efectividad del 92% de la vacuna a partir de los 7 días posterior a recibir la segunda dosis (Dagan et al., 2021).

Los autores argumentan, dado el alto período de contagio en Israel se encontró en el análisis primario una efectividad para prevenir COVID-19 sintomático de tan solo 29%, para lo cual analizaron los días 14 a 20 subsecuentes a la vacunación, donde encontraron la efectividad fue de 57%. 

Aparte de que un análisis post-hoc siempre debe alertar al lector, y que la publicación compara intervalos de confianza con intervalos de credibilidad bayesiana, existe mucha diferencia entre el 29% y 57% en tan corto período de tiempo (7 a 14 días), no es un resultado significativo en términos prácticos ni clínicos, por otro lado el 51% de efectividad encontrado en esta publicación confiere dicha comparación entre estadísticas diferentes desde su y el diseño de estudios que exploren esta interrogante deben constar el analizar la efectividad de la vacuna para generar inmunidad perdurable.

Discusión.

Bajo términos históricos, teóricos y reflexionando las raíces del término inmunidad (ausencia de enfermedad), y lo que representó en el siglo pasado dicho término para la comunidad científica; la introducción de vacunas contra la viruela, polio, b. Pertussis entre muchos otros... el efecto en el mundo que causaron estas fue inmensurable, la justificación del esfuerzo y logro de distribución masiva fue el hecho de erradicar múltiples enfermedades que representaban altos índices de morbimortalidad(Owen, Punt, Stranford, Jones & Rivera Muñoz, 2015).

Si tratamos de extrapolar resultados teóricos justificando la crisis, podríamos causar mayores problemas.

Para alcanzar inmunidad de grupo, se debe pensar a largo plazo.

Comparar una población vacunada con un 50% de inmunidad en la mitad de tiempo que otra población que alcance un 90% no tiene precedentes, pero tampoco suena una idea atractiva y puede ser un desastre sanitario a como puede ser un éxito total.

De nuevo regresando a las raíces de inmunología, es de conocimiento colectivo que una población debe logar >70% de inmunidad colectiva para que una enfermedad endémica se presente como brotes y se pase a hacer reportes de casos para vigilancia.

Otro problema que no se debate con tanto fervor, es el tiempo de inmunidad que confieren estas vacunas, a la fecha aún estamos bajo la fase 3 del ECA para el Tozinamerán entre otras vacunas (MODERNA, Sputnik, etc).

Las nuevas sepas virales emergentes que nos hace pensar acerca del pecado antigénico original (tendencia inmunológica en las estructuras que estuvieron presentes durante el encuentro original... y obviar los cambios sutiles que puede sufrir un patógeno) y la vacunación masiva que ya se experimenta contra la influenza no ha podido reparar el impacto de esa pandemia con tantas bajas anuales, costos, y la necesidad de repetir dosis anuales de la vacuna(Owen, Punt, Stranford, Jones & Rivera Muñoz, 2015).

El dilema se vuelve mayor tomando en cuenta los países en vías de desarrollo, donde se ha descrito el COVID-19 puede volverse un agente etiológico endémico. Al final, cualquier desviación del protocolo de vacunación se debe estudiar de manera rápida y rigurosamente, y las segundas dosis deben administrarse tan prontamente a medida que la vacunase vuelva más abundante (Kadire, Wachter & Lurie, 2021).

Bibliografía

  1. 1- Dagan, N., Barda, N., Kepten, E., Miron, O., Perchik, S., & Katz, M. et al. (2021). BNT162b2 mRNA Covid-19 Vaccine in a Nationwide Mass Vaccination Setting. New England Journal Of Medicine. doi: 10.1056/nejmoa2101765
  2. 2. Kadire, S., Wachter, R., & Lurie, N. (2021). Delayed Second Dose versus Standard Regimen for Covid-19 Vaccination. New England Journal Of Medicine, e28. doi: 10.1056/nejmclde2101987
  3. 3. Owen, J., Punt, J., Stranford, S., Jones, P., & Rivera Muñoz, B. (2015). Kuby inmunología (7th ed., pp. 561-70). México [etc.]: McGraw Hill.
  4. 4. Polack, F., Thomas, S., Kitchin, N., Absalon, J., Gurtman, A., & Lockhart, S. et al. (2020). Safety and Efficacy of the BNT162b2 mRNA Covid-19 Vaccine. New England Journal Of Medicine, 383(27), 2603-2615. doi: 10.1056/nejmoa2034577
  5. 5. Swarna, A. Mini Review - New emerging COVID Strain. Journal of Intensive and Critical Care, 6:25. doi: 10.36648/2471-8505.6.6.25


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